La escasez de agua afecta a más del 40 por ciento de las personas, una cifra alarmante que se prevé que aumente a medida que lo hacen las temperaturas. Aunque 2.100 millones de personas han mejorado el saneamiento del agua desde 1990, la disminución de los suministros de agua potable está afectando a todos los continentes.
Cada vez más países están experimentando estrés hídrico, y el aumento de la sequía y la desertificación ya está empeorando estas tendencias. Para 2050, se proyecta que al menos una de cada cuatro personas sufrirá escasez de agua recurrente.
El agua potable segura y asequible para todos para 2030 requiere que invirtamos en infraestructura adecuada, proporcionemos instalaciones de saneamiento y fomentemos la higiene. Es esencial proteger y restaurar los ecosistemas relacionados con el agua.
Garantizar agua potable universal, segura y asequible implica llegar a más de 800 millones de personas que carecen de servicios básicos y mejorar la accesibilidad y seguridad de los servicios para más de dos mil millones.
En 2015, 4500 millones de personas carecían de servicios de saneamiento gestionados de forma segura (con excretas tratadas o eliminadas adecuadamente) y 2300 millones carecían incluso de saneamiento básico.